Un llamado a una acción estratégica y empática para la reforma educativa

La Fundación para Estudiantes de Tacoma organizó recientemente la segunda reunión anual Estado de la Educación Pública convocándose el 25 de octubre, un evento que reunió a miembros, líderes y defensores de la comunidad unidos por un objetivo común: promover el éxito de cada niño en nuestra comunidad. Durante esta reunión, la Dra. Tafona Ervin, estimada Directora Ejecutiva de la Fundación, pronunció un discurso que no solo resumió el espíritu de nuestra misión sino que también nos desafió a imaginar y trabajar hacia un futuro transformado para la educación pública.

En su discurso, la Dra. Ervin destacó el panorama actual de la educación pública y la necesidad crítica de un cambio sistémico. Hizo hincapié en la interconexión del aprendizaje temprano, el aprendizaje ampliado, K-12, la educación superior y la fuerza laboral y la importancia de verlos como un viaje cohesivo en lugar de etapas aisladas. El discurso del Dr. Ervin no fue solo una reflexión sobre el estado de la educación pública, sino también un llamado a la acción para repensar nuestros enfoques y sistemas para apoyar mejor el potencial de cada niño.

Al compartir este discurso con usted, lo invitamos a profundizar en las perspicaces perspectivas del Dr. Ervin y unirse a nosotros para contemplar el papel que cada uno de nosotros desempeña en la crianza y el empoderamiento de la próxima generación. Su mensaje es un faro para una acción estratégica, empática y audaz hacia un panorama educativo reinventado, donde cada niño sea visto, comprendido y apoyado.

A continuación se muestra la transcripción completa del discurso de la Dra. Tafona Ervin. Lo alentamos a leer, reflexionar e interactuar con las ideas presentadas, mientras nos esforzamos colectivamente por invertir en las posibilidades del mañana.

Bienvenidos al segundo almuerzo anual sobre el estado de la educación pública. Estoy encantado de ver tantas caras nuevas y conocidas en la sala hoy. Su presencia simboliza un compromiso compartido con el movimiento Graduate Tacoma: la creencia de que, juntos, podemos ayudar a cada niño a alcanzar el éxito desde la cuna hasta la universidad y la carrera. Hoy exploraremos las innumerables formas en que podemos invertir en las posibilidades del mañana.

Antes de comenzar, quiero expresar mi profundo agradecimiento a nuestra estimada junta directiva. Su confianza en mi liderazgo (y en el de mi equipo) es inquebrantable. Estamos unidos en el objetivo de nuestra comunidad para 2030 de ver que el 70% de los niños de nuestra comunidad alcancen el éxito en el camino postsecundario de su elección.

También me gustaría tomarme un momento para destacar a mi equipo excepcional e invitarlos a todos a ponerse de pie. Todos, únanse a mí para aplaudir a estas personas dedicadas. Sus incansables esfuerzos no sólo hicieron posible el evento de hoy, sino que también impulsaron continuamente la visión y la misión de nuestra organización.

Debo expresar un enorme agradecimiento a nuestros patrocinadores. Su creencia en el potencial de nuestra comunidad es evidente. Con su invaluable apoyo, estamos capacitados para organizar reuniones como la de hoy, donde puede surgir la idea de soluciones innovadoras. 

Por último, quiero expresar mi agradecimiento a todos los funcionarios electos o sus representantes aquí hoy. Sabemos que lograr el cambio profundo que buscamos exige el respaldo de quienes llevan las voces de nuestra comunidad a los pasillos del poder. Usted desempeña un papel fundamental en la configuración y promulgación de políticas que benefician a todos los estudiantes de nuestras comunidades y estamos agradecidos de tenerlo aquí con nosotros hoy.

Si bien su presencia hoy calienta mi corazón, también pesa muchos pensamientos sobre los niños y las familias de Gaza. Lamento las más de 5,000 vidas perdidas en un conflicto impulsado por el poder y la dominación, y por los casi 1.5 millones de palestinos desplazados de sus hogares. Si bien los desafíos en Gaza difieren de los que enfrentan las comunidades BIPOC y aquellos que viven en la pobreza en nuestro condado, los temas subyacentes de la opresión, la violencia sistémica y el desprecio de un gobierno por sus invaluables ciudadanos resuenan profundamente en mí.

 

El año pasado ha dejado muy claro que un retorno a la "normalidad" que alguna vez conocimos es impracticable e indeseable. Más bien, nos encontramos en un momento crucial y tenemos la responsabilidad de transformar audazmente nuestro panorama educativo con la equidad en el centro. 

Tal transformación requiere que reconsideremos no sólo nuestros planes de estudio, sino también que reevalúemos la base misma de nuestros sistemas: nuestras estructuras de financiamiento y códigos tributarios.

Los efectos persistentes de la opresión histórica impregnan nuestras instituciones y comunidades. Como líderes, es esencial que enfrentemos estas disparidades, asegurando que nuestras políticas promuevan activamente la justicia. Nosotros creamos estos sistemas y está en nuestro poder mejorarlos.

El llamado es claro: debemos responsabilizarnos y avanzar hacia la reasignación de recursos. Un compromiso más allá de las palabras, que se manifiesta en resultados tangibles y mensurables. 

Cada niño merece un sistema de apoyo que sea confiable, uno que priorice su seguridad, salud y bienestar. Un sistema que nutre sus sueños y los guía por el camino hacia el éxito.

Durante demasiado tiempo hemos visto el aprendizaje temprano, el K-12 y la educación superior como entidades separadas. Sin embargo, nuestros desafíos están entrelazados. Tomemos, por ejemplo, la importante salida de las mujeres, especialmente de las madres, del mercado laboral pone de relieve la conexión entre la disminución de mujeres en el lugar de trabajo y las insuficientes opciones de cuidado infantil disponibles.

Nuestros sistemas K-12 y postsecundaria funcionan en silos, pero su integración es vital para atender a los estudiantes en una transición fluida de la escuela secundaria a la carrera postsecundaria de su elección y, francamente, satisfacer las demandas de un mercado laboral en crecimiento.

Nuestros estudiantes y sus familias están sintiendo el impacto de este enfoque fragmentado. Ellos son los que a menudo se sienten impotentes en nuestro sistema actual. Invertir en su futuro es invertir en un futuro en el que no sólo sean vistos, sino realmente comprendidos y atendidos. Invertir en su futuro es desarrollar capacidades en sus comunidades. 

La semana pasada me acordé de un dicho de Frederick Douglass: Se necesita mucho menos para invertir en la inocencia y el potencial de un niño que en la reparación de un hombre destrozado.

Cada decisión que tomamos, desde la sala de juntas hasta el aula, marca la trayectoria de innumerables vidas. Mientras deliberamos y actuamos, hagámoslo con intencionalidad y empatía.

Las iniciativas estratégicas han servido durante mucho tiempo como nuestra agenda de aprendizaje, proporcionando una base sobre la cual construimos y crecemos. Los conocimientos adquiridos a partir de estas iniciativas nos han permitido identificar y afrontar de frente los problemas profundamente arraigados dentro de nuestros sistemas. A medida que avanzamos, debemos hacer más que simplemente lanzar nuevas iniciativas estratégicas; Necesitamos profundizar en el meollo del asunto: las soluciones fundamentales. En lugar de centrarnos únicamente en tareas programáticas, es hora de sumergirnos en un trabajo profundo de cambio de sistemas. Repensemos y remodelemos la estructura misma de nuestro sistema de apoyo.

Si bien nuestras intenciones siempre han estado en el lugar correcto, llevándonos a crear y desarrollar nuevos programas, ahora debemos preguntarnos: ¿estamos simplemente aplicando una solución temporal a un problema profundamente arraigado?

Es esencial ir más allá del mero alivio sintomático y canalizar nuestra energía y recursos para abordar las causas fundamentales de estos desafíos. Nuestros sistemas tradicionales, a menudo restringidos por métodos convencionales, necesitan una profunda reimaginación. Nuestro objetivo final debe ser atender eficazmente las necesidades de nuestros estudiantes, trascendiendo los remedios superficiales y entendiendo lo que realmente les beneficia.

Desde la educación temprana hasta la fuerza laboral, cada fase debe conectarse sin problemas, optimizando la eficiencia y reflejando las necesidades de la comunidad. Nuestro objetivo no es sólo invertir en la promesa de un futuro mejor, sino remodelar el presente, haciéndolo fundamentalmente más impactante y efectivo.

Vivimos en una época en la que las expectativas arbitrarias de excelencia académica están eclipsando las preocupaciones más apremiantes sobre el bienestar de nuestros niños y sus familias. No tiene sentido defender el rendimiento académico sin reconocer que los cimientos de muchos de nuestros estudiantes y sus familias están fracturados, si no rotos.

Imagínese redirigir la financiación de sistemas independientes, haciéndolos trabajar de manera más cohesiva para aprovechar mejor los recursos y servir a la comunidad de manera más efectiva.

Seamos realistas: el cambio de sistemas no es una carrera corta; es un maratón. Exige paciencia, perseverancia y aceptación de que podríamos fallar en el camino. ¿Pero no es esa la esencia del crecimiento? 

El audaz sueño de llevar un hombre a la luna no se hizo realidad de la noche a la mañana. Fueron necesarios múltiples fracasos, recalibraciones y una determinación inquebrantable. Y hoy, lo que alguna vez pareció un desafío insuperable se ha transformado en una actividad recreativa para quienes pueden permitírselo.

Debemos estar dispuestos a aceptar los fracasos como trampolines, del mismo modo que muchos grandes logros de la historia han estado precedidos de reveses.

Del mismo modo, remodelar nuestro sistema de educación pública no estará exento de desafíos. Pero si lo abordamos con la misma dedicación, tenacidad y visión que aquellos pioneros espaciales, podemos crear un marco educativo donde cada niño reciba apoyo, tanto académica como emocionalmente.

Hoy contamos con un poderoso programa de paneles de discusión. Escucharemos de primera mano a estudiantes de secundaria, quienes nos ofrecerán información sobre sus experiencias actuales al navegar por el sistema educativo. A continuación, líderes de todo el espectro educativo (que abarca el aprendizaje temprano, el aprendizaje ampliado, K-12, educación postsecundaria y la fuerza laboral) compartirán sus perspectivas.

En estas discusiones, profundizaremos en las estrategias de inversión que respaldan la obtención de títulos postsecundarios y estableceremos una sólida infraestructura de apoyo para los estudiantes. Destacaremos historias de progreso efectivo y al mismo tiempo exploraremos enfoques que superen los límites.

Mientras escuchan, les insto a identificar oportunidades de colaboración. Sintonice las disparidades en el sistema, reconozca las iniciativas exitosas y considere dónde se pueden aplicar su influencia y experiencia únicas para cerrar brechas y mejorar los esfuerzos para apoyar a más estudiantes.